Sancho IV de Castilla (1258-1295), apodado «el Bravo», se autoproclamó rey de Castilla y León en la Catedral de Toledo (1284) a la muerte de su padre el Rey Alfonso X a pesar de haber sido desheredado por desavenencias con él. Casó con María de Molina que desempeñaría un importante papel en el Reinado de su marido y durante la minoría de su hijo Fernando.
Muere en Toledo (1295), con 37 años, víctima de la tisis, siendo enterrado en la Capilla de Santa Cruz de la Catedral de Toledo que el mismo mando erigir. En su lugar, el Cardenal Cisneros (s.XV) situó la capilla Mayor de la Catedral y trasladó los restos al mausoleo del lado de la Epístola del Presbiterio labrado por Diego de Copín.
Los restos del Rey Sancho IV fueron localizados en una exploración arqueológica buscando los restos de Sancho II de Portugal (1947). Se encontraban momificados, en buen estado, llevando un hábito franciscano, sujeto a la cintura mediante un cordón franciscano. El soberano, que en vida debió sobrepasar los dos metros de estatura, llevaba una corona de plata sobredorada, adornada con camafeos romanos y zafiros. Junto al cadáver una espada, de empuñadura sobredorada, y en la hoja de la espada aparecía grabada una inscripción de la que solo se conservaban algunos fragmentos, encontrándose oxidada la hoja en algunas partes. La longitud de la espada, que no se corresponde con la elevada estatura del soberano, y alguna referencia documental sobre la corona de su abuelo Fernando III hacen pensar que habría recibido ambas piezas por herencia.
La espada
Es un importante hallazgo, se trata de un estoque clásico de la Edad Media, S.XIII, de corte y punta.
La espada fue hallada en excelente estado de conservación. Se trata de un arma suntuosa para su época, digna de un monarca castellano. No se aprecia en ella marca o cuño del espadero que la forjó dado que esta costumbre fue posterior entre los espaderos.
Se encuentra expuesta al público en el Museo de Tapices de la Catedral de Toledo, junto con la corona y la almohada del mismo ajuar.
Hoja-Destaca la finura del burilado y el pulido de espejo
Montura- Clásica montura de cruz de brazos caídos ligeramente curvos y pomo lobulado.
Cruz- Por ambas caras lleva cincelada una rica ornamentación, posible inscripción arábiga que se repite sin orden.
Puño- El decorado del puño a juego con el resto del arma y l escudo de Castilla y León
Dadas las dimensiones del puño, corresponde a la mano de un hombre de contextura media, así Sancho IV a juzgar por sus restos fue un hombre francamente alto. Esto hace pensar si la espada al igual que la corona la heredo de su padre como era costumbre.
Pomo- Todo cincelado ostentando en los dos círculos de sus caras bella lacería arábiga y en las superficies laterales de los conos se repiten los mismos motivos que en la cruz
Longitud Total: 102 cm / 41 inches
Exclusiva espada de alta calidad de la Colección de “Espadas Históricas” fabricadas por MARTO®
Certificado de Origen y Calidad, Hecho en Toledo
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