El escudo ha sido usado por casi todas las culturas humanas para la defensa en la lucha, tanto a distancia como cuerpo a cuerpo, por su versatilidad para cubrir al luchador de las agresiones con armas arrojadas o blandidas.
Confeccionados con diferentes materiales como el cuero, muy resistente a las flechas y lanzas; lino, cobre, para reforzar el escudo; bronce, que recubría la superficie exterior; aunque el material por excelencia fue la madera que prevaleció durante toda la Historia.
Podía ser fabricado de diferentes maneras según la clase de protección del combatiente, de un simple trenzado de mimbre, ligero y resistente o perforado con una estructura gruesa de piezas unidas o una única pieza de madera esculpida.
En el Imperio bizantino prevaleció el escudo ovalado. En Occidente, y a partir del siglo X, fue bastante común el de forma de almendra, atribuido a los normandos, con la punta inferior aguda para clavarlo en el suelo al hacer alto las tropas. A finales del siglo XIII hasta el siglo XVI tiende a la forma triangular equilátera.
Los escudos se recubrían de piel y se pintaban con emblemas o signos particulares que dieron fundamento a los blasones.
Dentro del ámbito funerario, el escudo es una insignia que honra al difunto. Era un honor para el guerrero consagrar su propio escudo tras su muerte en el combate.
“…Poseerás al menos un escudo de bronce, en el cual serás enterrado” (Troyanas de Eurípides”
Escudo Medieval, estilo Suizo con tres puntas sobre el jefe y acabado en punta en su parte inferior. Está adornado con la Cruz Paté concedida a la Orden de los Caballeros Templarios por el Papa Eugenio III en el 1147.
Tamaño 63×43 cm
Fabricado a mano, uno a uno, por los artesanos de MARTO
Cruz Templaria en color latón en el corazón del Escudo.
Adornado con tachuelas en todo su contorno.
Excelente Escudo de la Exclusiva Colección “Escudos Históricos” fabricados por Marto.
Certificado de Calidad y Origen. Hecho en Toledo.
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